Durante estos meses de confinamiento hemos ido adquiriendo costumbres familiares que, hasta entonces, o no teníamos o las hacíamos en menor medida. Una de ellas ha sido la de aficionarnos a programas de cocina. Y es que cocinar en familia es una de las cosas que más nos gusta hacer en casa.
¿Te has parado a pensar alguna vez todos los beneficios que tiene tanto para los peques como para los adultos? Hay que reconocer que es necesario armarse de cierta paciencia cuando los niños son pequeños, pero aprenden a manejar ingredientes, también de matemáticas, conocen los ingredientes que ingieren y nosotros podemos pasar tiempo con ellos, por lo general, de una manera divertida.
Pues bien, una de esas recetas que puedes preparar en familia, cuyos ingredientes son fáciles de conseguir, que es fácil de hacer, está de muerte y tiene frutas, es el crumble. No es que sea un postre para tomar a diario, pero de vez en cuando, dentro del desayuno o la merienda, incluso de postre, sienta genial.
Hoy vamos a hablarte de este dulce, de su origen, de cómo prepararlo de manera tradicional, pero también de cómo prepararlo con lo que más nos gusta: un toque de té. ¿Te apuntas?
Ya sabes lo que toca: coger papel y boli, hacer lista de la compra en caso de que sea necesario (aunque casi seguro que tienes todos los ingredientes en casa) y ponerse manos a la obra, con o sin peques.
Origen del crumble
Llámalo deformación profesional, ganas de saber más o curiosidad, pero me encanta saber el origen de los platos que cocino. Los que son tradicionales de la tierra siempre son más fáciles de saber, porque las propias abuelas lo cuentan (al menos, la mía lo hacía), pero cuando se trata de comidas extranjeras, la cosa cambia. El crumble es uno de ellos.
Se trata de un pastel de frutas, cuya base, además del mencionado ingrediente, es la harina, la mantequilla (o manteca) y el azúcar. Su origen no está del todo claro, pero se cree que nació durante la segunda guerra mundial, cuando había racionamiento de alimentos en Inglaterra.
Al fin y al cabo, se trata de un pastel sencillo de preparar, con ingredientes que siempre se tienen a mano y que es muy económico, porque aunque lleva harina, no utiliza mucha, por lo que podría tener toda su lógica.
De hecho, en aquella época y, sobre todo, entre las familias más humildes, se dejaron de hacer los postres más tradicionales por falta de alimentos, pero también por el precio de algunos ingredientes para elaborarlos, como la harina.
¿Lo has probado alguna vez? Seguro que si has estado en Gran Bretaña lo has probado. Si has estado en alguna casa, es bastante habitual que te lo sirvan a modo de postre o de merienda, pero también lo puedes encontrar en restaurantes tradicionales e, incluso, en algunas pastelerías.
Características del crumble
Como te acabo de comentar, se trata de un pastel tradicional, cuya base son las frutas, pero no vale cualquier tipo de fruta (o, al menos, la tendencia no es ese). De hecho, se suelen utilizar aquellas que tengan un sabor más ácido, siendo algunos de los sabores más tradicionales el de manzana ácida, ruibarbo o zarzamoras.
De todos modos, si vas a Gran Bretaña, no te tiene que sorprender si los ves a modo de entrante, con sabores salados, pero siguiendo la misma base, porque también se llevan mucho en la actualidad.
Pero la innovación en este postre no queda ahí, porque también cambia la parte con la que se hace el crujiente (el crumble) para lo que se utilizan mucho las galletas desmenuzadas, especias como la canela o la vainilla e, incluso, galletas mezcladas con cereales o semillas.
Nosotros vamos a ir un paso más allá y también vamos a utilizar té y especias para hacer nuestra propia receta.
Por cierto y antes de pasar a darte la receta: ¿sabías que este postre se sirve lo mismo frío que caliente? Es cierto que es más tradicional servirlo caliente, pero frío también queda buenísimo. Además, también existe la posibilidad de hacer un contraste de temperaturas, porque se puede servir acompañado de helado (por lo general, de vainilla), así como de nata o crema pastelera.
Receta de crumble manzana y té matcha
Hemos optado por una de las recetas más tradicionales como la favorita también llamada apple Crumble, pero dándole ese toque de té que tanto nos guste y, como bien sabes, el té matcha es de los mejores para cocinar, especialmente en lo que a postres se refiere.
¿Qué vas a necesitar? Por un lado, dos cucharadas de té verde matcha sabor a fresa y vainilla. ¿Por qué? Porque va a resaltar el sabor del resto de ingredientes, pero si lo prefieres, también puedes utilizar el té matcha ecológico especial cocina.
El resto de ingredientes son: harina (75 gramos), azúcar (50 gramos), 2 manzanas verdes ácidas, un puñado de frutos rojos, mantequilla (50 gramos) y 3 cucharadas de yogur griego natural.
Una vez tengas todos los ingredientes, el primer paso es cortar las manzanas en trocitos muy pequeños (las habremos pelado previamente). Retiramos.
A continuación, mezclamos bien (mejor con la mano), la harina, el azúcar, el té matcha y la mantequilla. Hacemos una masa y estiramos.
Una vez que tenemos estos dos pasos realizamos, cogemos una bandeja de horno, añadimos los trozos de manzana y los frutos rojos y mezclamos bien. Sobre la fruta, añadimos la masa que hemos preparado y metemos en el horno, que habremos calentado durante 10 minutos a 180 grados. Lo dejamos unos 15-20 minutos, cuando veamos que queda dorado y tiene textura crujiente.
Retiramos del horno y servimos con un poco de yogur griego batido. Si lo deseas, al yogur también le puedes añadir otra cucharada de té matcha (pequeña), bates y sirves.
Crumble de manzana, jengibre y canela
Vamos con otro clásico, al que le añadimos trocitos de una de las infusiones más populares de Aromas de Té en los últimos tiempos: la de jengibre ecológico.
¿Qué vas a necesitar? 1 kilo de manzanas verdes o ácidas, 100 gramos de harina de almendras, canela en polvo al gusto, 130 gramos de azúcar, 80 gramos de mantequilla y 1 cucharada de infusión de jengibre, que troncearemos bien, bien.
¿Tienes ya todos los ingredientes? Perfecto. Los pasos a seguir son muy parecidos a la anterior receta. Primero, pelaremos y cortaremos las manzanas en trozos pequeños. Lo mismo haremos con el jengibre.
Por otro lado, preparas la masa con el resto de ingredientes, los pones en la bandeja del horno y lo pones a calentar. Para acompañarlo puedes servirlo con yogur griego batido o con helado de vainilla, que queda muy rico.
Más recetas de Crumble, en nuestro podcast
¿Sabías que tenemos un podcast que se publica de lunes a viernes? Pues en muchos de los episodios que publicamos te contamos diferentes recetas. ¡Anímate a escucharlo, aquí!
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¡Hasta el próximo post!