Hay algo que siempre nos hace mucha ilusión en Aromas de Té: recibir vuestros mensajes diciéndonos la ilusión que tenéis por abrir los paquetes, lo bien que huelen, lo rápido que han llegado o dándonos las gracias por las muestras que siempre enviamos y que hacemos, además, de corazón.
Nos gustan porque nos hacen seguir avanzando, porque vemos que valoráis nuestros trabajo y porque conseguimos alegraros el día y el resto de momentos de té y eso, para nosotros, es una alegría inmensa. De verdad.
Sin embargo, lo que muchos de nuestros clientes no saben, es todo el proceso que hay detrás de ese té que llega a su casa y que tanto les agrada. Y es que desde que se siembra la planta de la camelia sinensis – la planta con la que se elaboran todos los tés – hasta que llega a tu taza de té hay un largo proceso que hoy te queremos contar. ¿Nos acompañas?
Hablemos de la Camelia Sinensis
Como siempre hablamos de té verde, té rojo, té negro, té oolong, té amarillo o té blanco, rara es la vez que mencionamos el verdadero origen o comienzo de estas infusiones que tanto nos gustan.
Pues bien, sin entrar en detalles botánicos muy específicos, sí que cabe mencionar los siguientes detalles:
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Se trata de una planta perenne, es decir, que crece de manera continua.
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Puede alcanzar los 6 metros de altura, pero se mantiene en la de arbusto, ya que el objetivo es poder utilizarla para elaborar nuestra bebida favorita.
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Crece en climas tropicales, con mucha humedad y temperaturas cálidas (por eso no se puede sembrar té en todos los países del mundo).
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Las diferentes variedades, además de su procesado, dependen mucho de las condiciones del aire, la humedad, el sol que reciben o la altitud a la que se cultivan, entre otras características.
Antes de pasar al siguiente punto sí que me gustaría mencionarte tres términos que, probablemente, ya hayas escuchado, pero quizá no sepas exactamente a qué hacen referencia:
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Tés de origen: son aquellos que proceden de una determinada región o área.
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Blends: son las mezclas de diferentes cultivos, que se hacen con el objetivo de conseguir nuevas características, asociarlas a una región y diferenciarlas de otras que se hacen en el resto del país o continente. Algo muy habitual en Asia, donde China es el mayor productor del mundo, seguido de India y Kenia.
- Aromatizados: son la mayoría de los tés que encuentras en nuestra tienda de té, más allá de los tés puros o los blends, es decir, los que incluyen trozos de frutas, flores y especias, para hacer variedades únicas, que sólo encontrarás en nuestra tienda.
La ruta del té: de la recolección a la clasificación
¿Sabías que los mejores tés son los que se recolectan a mano? ¿Y que dependiendo del momento del mes, incluso de la jornada, la elaboración del té es diferente? Y es que aunque pueda parecer algo sencillo y es cierto que las grandes plantaciones hacen todo el trabajo a base de maquinaria, el resto de aspectos que acabo de mencionar hay que tenerlos muy en cuenta, porque el trabajo que hay detrás es muy diferente en un caso u otro y esto se traslada al sabor, la calidad, pero también al precio final del producto, claro está.
Una vez recolectadas las hojas, ya sea a mano (donde se escogen las mejores) o con una máquina, los pasos que se siguen son los siguientes:
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Marchitado: con el objetivo de secarlas y que las hojas concentren el máximo de sus componentes, una vez recogidas las hojas, el primer paso es el del marchitado. ¿Cómo lo hacen? Extienden las hojas en una base plana y las dejan secar al sol. En las grandes producciones, lo que hacen es meterlas en salas con temperatura controlada y acorde a la que las hojas necesitan para marchitarse y provocar la evaporación de los líquidos.
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Enrollado: tras el marchitado, las hojas quedan blandas y, por tanto, pueden ser manipuladas, con el objetivo de que las mismas liberen sus aceites esenciales. La técnica de enrollado varía en función del tipo de té: en bolas, en tiras, en discos,etc.
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Oxidación: al contrario que en el proceso de marchitado, en este caso las hojas se exponen a mucha humedad (natural o provocada, en una sala especial para ello). En este paso, las catequinas que se han liberado en el paso dos, el enrollado, se convierten en componentes químicos.
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Fijado: mediante vapor, horno o sartén, lo que se busca es desactivar la enzima de la oxidación de las hojas. ¿Sabes cómo le llaman también a esta fase? Kill Green.
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Secado: antes de pasar a la fase de separación y almacenamiento, se secan las hojas de té con luz solar o de artificial, con una corriente de aire caliente.
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Selección y clasificación: es la última fase del proceso, antes de que llegue hasta nuestras instalaciones de Toledo. Las hojas se colocan en grandes tamices y se mueven, de manera que las mismas puedan ser clasificadas por su aspecto y tamaño. ¿Qué se pretende con este paso? Descartar aquellas hojas que no cumplan con los estándares establecidos. ¿Esto quiere decir que no sirven? Para nada, pero como todos sabemos, una manzana tocada, vende mucho menos que una manzana que luce lustrosa. ¿No es así? Pues con las hojas de té sucede lo mismo.
Este es el recorrido completo de las hojas de té, pero ¿sabías que no todas las hojas pasan por todas ellas?
De hecho, el té blanco, sólo para por la de marchitado y secado. Por eso también es la variedad de té más suave de las 6 principales que existen. Por el contrario el té rojo, pasa por todas las fases, incluyendo la de fermentación, que no te he mencionado arriba por no realizarse en más variedades puras. En el caso de los tés negros, estos sufren una fase de oxidación total.
Mención especial merece el té oolong, que sufre un proceso de fermentación intermedio o el del té verde, que no pasa por un proceso de oxidación. ¿Y qué ocurre con los amarillos? Que se oxidan parcialmente, por lo que podrían ser parecidos a los tés verdes, pero tienen mayor calidad, si bien es cierto que en Europa no son tan consumidos. ¿Dónde está la principal diferencia? En que el proceso de secado es mucho más corto que el de los tés verdes.
Formas de presentación de los tés
Cuando tú recibes tu pedido en casa, la mayoría de ellos vienen en hojas dobladas o semidobladas, más o menos abiertas. Fíjate siempre que nosotros te enviamos las hojas de té enteras y nunca los tallos, porque de esa manera, perdería calidad.
Lo que cambia es el punto en el que se cogen las hojas. Los más tiernos, son para los tés más suaves, como el té blanco. Por otro lado, las infusiones más sabrosas son aquellas que utilizan las primeras y las segundas hojas que se abren de la planta de la camelia sinensis. Por su parte, aquellos que se elaboran con las terceras hojas, son los que producen tés menos aromáticos.
Otra manera habitual de presentación es en forma de bolas, como es el caso del té ooolong o el té verde China Gun Powder.
Mucho menos habitual es la presentación en forma de tableta. En España será muy raro que lo veas, pero en China es muy habitual en muchas variedades de té rojo. Y extraño también es la presentación en forma de nido, conocida como Tuo Cha, que se trata de un té prensado, que es necesario desmenuzar cuando lo vamos a utilizar. La versión reducida se llama Mini Tuo Cha o Mini bing y tiene la cantidad de hojas necesarias para preparar una tetera.
Lo que sí que has visto seguro, al menos si nos sigues desde hace tiempo, son las tortas de té. Para elaborarlas, el té se seca y enrolla hasta que queda como una torta. Lo curioso de este formato es que puede durar hasta 70 años y que se empieza a consumir a partir de los 5 años, desde la elaboración de la torta.
Por supuesto, no nos olvidamos del té en polvo, que es el formato que presenta el té matcha.
Y a ti, ¿cuál te gusta más?
Queremos escucharte, leerte y saber de ti en comentarios. Así que nos encantará que nos respondas a las siguientes preguntas. ¿Conocías el proceso completo del té? ¿Y los formatos de los que te hemos hablado? ¿Habías visto alguno de los que son menos habituales? ¡Te leemos!
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