Ayer, mientras hablaba con una amiga, me decía que cada vez hacía más cosas como las que hacían su madre o su abuela con ella. Y es que hay tradiciones que, aunque las modernicemos, nunca pasan de moda. Cocinar en familia es una de ellas.
No me digas por qué, pero es verdad que la cocina une, lo mismo que lo hace sentarse a comer alrededor de una mesa con las personas que más nos importan. Empezamos de niños, con nuestras madres, padres, abuelas y abuelos, seguimos en la adolescencia, donde hacemos algunos pinitos con los amigos en las primeras escapadas o días que nos dejan solos en casa y, después, una vez nos independizamos. El ciclo vuelve cuando tenemos hijos.
Una de las recetas que más se repite, especialmente cuando hay niños en casa y llega el verano, son los helados. Helados caseros, mucho más sanos y elaborados, por lo general, con frutas del tiempo, chocolate o vainilla. ¿Te apetece un helado de té verde? o mejor ¿un helado de té sena o té chai?
¿Tú también eres del “clan” vamos a hacer helados caseros en verano? Pues quédate porque hoy hemos preparado un artículo muy fresco, con recetas de helados caseros cremosos para este verano y, por qué no, para el resto del año, que vais a poder disfrutar en familia y variar los sabores tradicionales que, ¡ojo! están genial, pero actualizarnos o aventurarse a combinarlos con otros sabores, también viene genial. ¡Empezamos!
Beneficios de preparar recetas de helados caseros para todos
Ya sea en familia, en pareja, con los amigos o en solitario, preparar recetas de helados caseros, al igual que cualquier otra receta que hagamos en casa, tiene un primer beneficio para nuestra salud mental y es la de mantenernos entretenidos y, por tanto, dejar de pensar en posibles problemas que estén a nuestro alrededor.
Es un poco como pintar mandalas, hacer mindfullness, nadar o correr. Mientras lo estamos haciendo, nos centramos en ello y nos olvidamos del resto del mundo, como quien dice.
Si, además, lo hacemos en familia, en pareja o con los amigos, el beneficio es pasar tiempo de calidad juntos y, por lo general, momentos agradables y llenos de risas. Eso sí, con los niños, por favor, un poco de paciencia porque es normal que se rompan las cosas, que se manchen o que sucedan cosas inesperadas.
¿Beneficios para ellos? Aprenden a valorar la comida natural, hacen un poco de matemáticas al tener que calcular o contar las cantidades de los diferentes ingredientes y también ponen a prueba la psicomotricidad. ¡Todo ventajas!
Y, por supuesto, siempre que utilicemos ingredientes naturales y sin añadir excesivas cantidades de azúcar (de hecho, puedes prescindir de ellas por completo), el producto es mucho más saludable que si lo compramos.
Recetas de helados caseros fáciles con té, café y otras infusiones
Van a ser un total de 4 recetas, pero con diferentes opciones en cada una de ellas. Estate atento a todo el contenido para que puedas hacer las diferentes variantes. Por supuesto, para todas, vas a necesitar moldes de helado, ya sea para hacer en modo polo o en una caja ancha y que se pueda meter en el congelador, para que te lo puedas servir, al gusto, en forma de bolitas.
Helado de té matcha
Estaba claro que el té verde matcha no podía faltar en una receta con té. Para elaborar esta receta vas a necesitar:
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2 cucharadas de té verde matcha ecológico, especial cocina. En caso de que le quieras dar un toque diferente de sabor, elige entre alguno de nuestros matcha de sabores, como, por ejemplo, el té verde matcha sabor mora, que quedará muy rico.
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100 ml de leche (mejor entera para hacer el helado, pero si no puedes o no quieres, puedes optar por otro tipo de leche como, por ejemplo, la leche de coco)
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4 yemas de huevos
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100 ml de nata líquida
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125 mg de azúcar (opcional)
Cuando tengas todos los ingredientes, en primer lugar, pon a calentar la leche a fuego lento. Poco a poco añade el té matcha, junto con los huevos batidos y el azúcar (si se lo vas a echar). Cuando la mezcla sea homogénea, retira del fuego, monta la nata y añádela a la mezcla.
Vierte la mezcla en un molde apto para congelador, en el formato que quieras consumir ese helado, y mételo en el congelador durante, al menos, 4 horas. Lo ideal es dejarlos de un día para otro, pero si se te ha olvidado y quieres servirlos de postre en la comida, con que los hagas prontito por la mañana, estarán bien.
Este helado no es un polo, queda cremoso y es muy rico. Hay quien, a modo de extra, añade pepitas de chocolate, ralla un poco de jengibre o un poco de cáscara de limón. Si lo haces, añádelo cuando calientes la leche, en el caso de los dos últimos ingredientes y, cuando vayas a verter el contenido en el molde, asegurándote de que las pepitas queden bien repartidas por todo el helado. Si quieres que las pepitas se derritan, entonces, añádelas cuando estés calentando la leche.
Ya ves que tienes muchas combinaciones de un mismo helado y, por tanto, puedes probar a cambiar sabores, primero, utilizando diferentes tés matcha y, segundo, utilizando otros productos para acompañar el sabor de este té verde en polvo que resulta tan especial y tan rico al paladar.
Polo de flor de hibiscus
Súper fresco, súper fácil de hacer y súper saludable. ¡Muy top, la verdad! Además, viene genial para compartir en familia y puede ser más o menos saludable, en función de si le echas más o menos azúcar, pero que está buenísimo, que lo puedes tomar a cualquier hora y que…es adictivo…¡te lo aseguro desde ya mismo!
¿Qué vas a necesitar para hacerlo?
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5 cucharadas de infusión de hibiscus
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1 litro de agua para la infusión
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otros 150 o 200 ml para el resto del helado
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azúcar al gusto (es opcional, así que si no se lo quieres echar, no pasa absolutamente nada. También puedes optar por echar unas gotas de extracto de stevia).
Cuando tengas todos los ingredientes, solo tienes que preparar una infusión normal de hibiscus, añadirle el azúcar si quieres y ponerlo en un molde apto para polos. En este caso, sí que te recomiendo que, si puedes, los dejes, al menos, 12 horas para que puedas disfrutarlos mucho mejor.
UN TRUCO. Si le vas a echar azúcar, añádele una pizquita de nada de sal, porque refuerza el sabor del dulce y va genial.
OTRAS ALTERNATIVAS. A este helado le va genial (al igual que a la infusión) un poquito de zumo natural de limón o de lima, si te gusta ese toque ácido. Así que es una excelente opción, mucho más en verano. También hay quién le añade infusión de frutos rojos. En este caso, por ejemplo, le va genial el té rojo frutos del bosque o, si no quieres añadirle teína, el rooibos bosque encantado. Por último, el hibiscus también casa a la perfección con un poco de menta. Puedes coger unas hojas frescas y cuando infusiones el hibiscus, las añades.
Helado caseros de chocolate y café
Vamos con un helado clásico, en principio, no apto para niños (al menos, no para niños pequeños, pero siempre queda la opción de hacerlo con café descafeinado y si les gusta el sabor, ir introduciéndoles en el mundo del café).
Para su elaboración necesitas: 6 yemas de huevo, 300 ml de leche (entera o de coco, si no quieres de vaca), otros tantos de nata líquida, 2 tazas de café (el expresso es el que mejor queda para estos casos) + 160 gramos de chocolate para postres.
Una vez tengas todos los ingredientes, el primer paso es mezclar bien (si tienes barillas, mejor que mejor), las yemas con el huevo. Una vez esté bien mezclado, añade el azúcar y el café.
Por otro lado, pon a calentar la leche en un cazo, a fuego lento y añade el chocolate para que se derrita. Mezcla bien. Por último, mezcla todos los ingredientes y cuando esté todo bien mezclado, retira y espera a que se enfríe.
Mételo en un molde para helados (o que se pueda congelar) y déjalo, al menos, 12 horas en el congelador.
OTRA VERSIÓN de esta receta es la de añadir un chorrito crema de café, para aquellos a los que les gusta el café con un poquito de alcohol. También hay quien sustituye el azúcar por leche condensada, pero tiene que ser para los que les gusten los sabores dulces.
Polo de jengibre, cúrcuma y canela
Vamos con una versión un poco más ligera de la famosa leche dorada, pero sin leche. Se trata de un poco muy digestivo, además de refrescante y que es perfecto para tomar a cualquier hora.
Para elaborarlo solo necesitas 1 litro de agua, 1 cucharada de jengibre, media de cúrcuma y otra media de canela (también puedes utilizar un palo de canela en rama).
Cuando tengas todos los ingredientes, pon el agua a calentar e infusiona el jengibre y la cúrcuma. Pasados 10 minutos, retira y añade la canela. Mezcla bien y deja enfriar. Después, mete la mezcla en moldes para polos y déjalos en el congelador, al menos, 4 horas.
Recetas con tés helados de Aromas de té
Estas han sido las 4 recetas que teníamos hoy preparadas para ti, pero, en realidad, puedes hacer polos naturales con cualquiera de las infusiones que encontrarás en la sección de tés helados de Aromas de Té.
Ahora ya nos despedimos. Estaremos encantados de que nos hagas saber si los vas a probar, que compartas estas recetas en tus redes y si tienes otras que elabores con té o café, nos lo cuentes en comentarios. ¡Hasta el próximo post!
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