Si eres asiduo o has visto alguna vez los típicos programas de “Españoles en el mundo” “vascos, andaluces, catalanes…por el mundo”, siempre hay una respuesta que se repite cuando les preguntan: ¿qué es lo que más echas de menos de tu tierra? Todos suelen responder: la familia y la comida. Algunos, incluso lo segundo por delante de lo primero, porque tienen la suerte de tener visitas habituales de su familia o porque el estómago puede frente al corazón.
Y es que hay aspectos del día a día, que cuando los tenemos sin darnos cuenta, como es el caso de la comida, no nos damos cuenta de lo mucho que nos gusta. Pero cuando viajamos a otro país o cuando nos dicen que no podemos comer alguna cosa que nos gusta mucho…¡nos duele a todos!
Nos duele, pero también hay productos o comidas de los que nos sentimos muy orgullosos y presumimos de ello, frente a personas de otras localidades o países: los melocotones de Calanda, las fresas de Huelva, el jamón de Extremadura, las alubias de Tolosa, la tortilla de patatas, la paella…
Pero, ¿por qué tienen tanta fama? Básicamente porque se trata de productos que, generación tras generación, se han cultivado o cocinado, pasando esos conocimientos para su cultivo o preparación, de padres a hijos y que une a todas aquellas personas que forman parte del lugar donde se elabora o crece.
Son las mismas razones por las que la UNESCO, desde 2008, declara a diferentes platos o tradiciones gastronómicas, Patrimonio Inmaterial de la Humanidad. Una lista a la que se quieren sumar los italianos, los cuáles ya cuenta en ella con su fama pizza napolitana (desde 2017), pero a la que quieren agregar el café espresso.
Razones que alegan
Como bien sabes, el espresso nació en Milán, donde Luigi Bezzera y Desiderio Pavoni presentaron esta bebida al mundo, en 1906, en el marco de la Feria Internacional que se celebraba en dicha ciudad.
Un nombre que viene dado por la técnica con la que se elaboraba el café, por primera vez de manera más rápida, gracias a la máquina de espresso que se había creado algunos años antes (1901).
Hoy en día, si bien es cierto que Italia tiene otras variedades famosas de café, como es el caso del Capuccino, tomar un espresso forma parte de la cultura de este país. De hecho, se estima que el 93% de los italianos lo consume a diario, ya sea en el bar o en casa.
Esta última es la razón que alega el Consorcio para la Salvaguarda del Café Espresso italiano tradicional – uno de los organismos que ha presentado la petición en el Parlamento italiano- para declarar el Espresso como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad.
Característica del café espresso italiano
Lo consigan o no los italianos (habrá que esperar para ello), lo cierto es que hay variedades especialmente indicadas para preparar este tipo de café, que hacen referencia a los orígenes de su técnica de preparación y que son conocidos a nivel mundial, como es el caso del Café Expresso Estrella de Italia o el espresso Don Vito, entre otros.
Pero, ¿qué caracteriza a este tipo de granos? Aunque, por supuesto, hay diferencias de unos a otros, tienen puntos en común que son los siguientes:
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Sabor y aromas muy intensos
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El color del grano es oscuro medio
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Su cuerpo es denso
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Su crema espesa
Dependiendo del tipo de grano que se utilice, el agua que se emplee y las cualidades de la persona que lo prepara, el espresso será delicioso o, por el contrario, tendrá un sabor demasiado amargo y no resultará agradable al paladar.
Lo cierto es que preparar un buen espresso es todo un arte y, en esto, nos italianos tienen grandes dotes para conseguir que quede delicioso.
Otras comidas que ya son Patrimonio Inmaterial de la Humanidad
Italia no es el único país que cuenta con un plato que forme parte de este curioso listado de la Unesco. Una de las que nos toca más de cerca es la Dieta Mediterránea; un título que España comparte junto a Grecia, Italia, Croacia, Chipre, Portugal y Marruecos, aunque la paella valenciana también se ha postulado para este título. Veremos si pronto podemos presumir de ello.
Fuera de nuestras fronteras, tal y como hemos comentado, la pizza napolitana cuenta con este título. Un producto que se viene elaborando desde 1715 (o, al menos, así lo indican las referencias que existen sobre la misma) y de la que se elaboran, sólo en este país y al mes, nada más y nada menos que 192 millones. ¡Una barbaridad!
También cuenta con este título el café turco. Más que por el propio café (que por cierto, es originario de Oriente Medio y no de Turquía, como se podría deducir), por la forma de prepararlo y de consumirlo, ya que, en el primer caso, se utilizan utensilios que ya denotan que se vienen preparando desde hace siglos (en concreto, del XVI) y, en el segundo caso, cabe destacar que se sirve con una delicia turca.
Nuestros vecinos los franceses tienen su famoso “repas gastronomique” (comida gastronómica), dentro de esta lista. Y, además, desde hace 10 años. Los motivos que alegaron desde la UNESCO para concedérselo, fue que estos encuentros resaltaban la cohesión, no sólo entre las personas, sino también entre algunos de los productos más típicos de esta tierra, como son el vino o los quesos.
Continuamos hacia el Este y nos encontramos con el Lavash de Armenia. Un pan muy delgado e integral. Tradicionalmente, este pan ha sido elaborado por las mujeres jóvenes de las familias. Su masa se prepara con harina de trigo. Una de las curiosidades de este pan es que, para las bodas, se prepara una gran cantidad de ellos y se colocan rebanadas de los mismos sobre los hombros de los novios, como símbolo de fertilidad y prosperidad. Te confieso que me encantaría verlo.
Y si alguien puede presumir de tradiciones de siglos y siglos, esos son los croatas y su pan de jengibre (que no galletas), de los que llama la atención el arte que cada panadero tenga a la hora de elaborar su decoración, siendo muchos de ellos con motivos religiosos, ya que el origen de los mismos se remonta a los monasterios del país.
De Europa damos el salto a Corea, donde su Kimchi, el plato nacional coreano es una preparación de vegetales cocidos, entre las que no faltan el repollo, que se sazonan con especias y se acompañan de marisco. Al propio plato hay sumar el carácter social que tiene su elaboración, ya que se prepara en familia y en verano. Algo que se explica por su origen: se hacía para la conservar alimentos para el invierno.
Y terminamos con la cocina japonesa que, al igual que la francesa, también fue declarada en 2014 Patrimonio Inmaterial de la Humanidad, por el respeto que tiene la misma hacia la naturaleza y la sostenibilidad.
Patrimonio Inmaterial de España
Como ya hemos dicho, en España, por el momento no hay ninguna receta que se haya declarado Patrimonio Inmaterial de la Humanidad; habrá que esperar para saber si la paella lo consigue.
Sin embargo, sí que hay bienes inmateriales culturales, entre los que cabe mencionar:
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Las tamborradas (2018)
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Las fallas de Valencia (2016)
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Los castells (2010)
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El flamenco (2010)
¿Conoces alguno?
Esta es la respuesta que nos gustaría conocer para que nos cuentes qué piensas de estos platos, tradicionales o costumbres.
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