Volvemos de nuevo a la cocina, por supuesto, de la mano de las diferentes variedades de té que existen y lo hacemos para elaborar platos sencillos, pero muy ricos, de carne. ¿Por qué cocinar con té? Bueno, para empezar porque a nosotros nos gusta muchísimo introducir el té en la cocina. Y, ¡ojo! No sólo a nosotros, son muchos los grandes chefs que se han rendido a este tipo de cocina.
Y es que aunque en España y Europa, en general, pueda parecer extraño cocinar con té, en países como China o Japón esto viene formando parte de sus recetas, desde hace siglos. ¿Por qué lo hacen? Por los beneficios que tiene.
Por ejemplo, cocinar con té contribuye a que las verduras se conserven mejor, a reducir el uso de la sal o de otros condimentos que no resultan tan saludables para nosotros. En el caso de las carnes, además, también ayuda a conservarlos durante más tiempo, entre otros beneficios de los que a continuación te voy a hablar.
Así que si tú también quieres aprender cómo cocinar carnes con infusiones, coge el delantal, una libreta y algo con lo que escribir (te confieso que soy más de lápiz para estas cosas) y vamos a adentrarnos en este maravilloso mundo de la cocina natural. ¡Vamos con ello!
Qué variedad necesitas
En función de si quieres guisar, asar y también del tipo de carne, el té que vayas a utilizar también será diferente, ya que cada variedad aporta un matiz concreto.
Por ejemplo, si lo que quieres es adobar, lo mejor serán los tés negros y los rojos, porque tienen un mayor grado de astringencia y le da ese toque tan característico del adobo, pero de manera más ligera y agradable que un adobo tradicional. ¿Beneficios? Que sienta mejor al estómago y esto siempre se agradece.
En el caso de las carnes blancas, como el pollo o el pavo, el té verde o el té blanco le van genial, porque al tratarse de carnes suaves, no se trata de que el té sea el protagonista de la receta, salvo que ese sea el objetivo y, entonces sí, mejor optar por las dos opciones que te he dado antes: té negro y rojo.
¿Buscas darle un toque de sabor al guiso? ¿Quieres que sea el sustituto de alguna hierba aromática? En este caso, será bueno que lo hagas con una infusión de hinojo, con una de jengibre o, por qué no, mezclando una parte de las hojas secas de té verde con una pizca de pimienta blanca.
¿Te gustaría que tuviera un toque a tostado? Un kukicha tostado o un té oolong Jade tostado le vendrán genial, porque al cocinarlo en esa salsa cogerá ese pequeño toque tostado que tan agradable resulta en ciertas carnes.
Por otro lado y si eres de las personas a las que les gusta cocinar platos de caza, el té rojo va genial para este tipo de carnes. Al tener un sabor intenso y terroso, casa a a perfección con sabores de la tierra. Además, no tengas miedo en mezclar este tipo de carne con hongos o setas, porque también maridan genial con esta variedad de té.
Si no eres de comer carne de caza, pero sí que te gustan las carnes de sabor fuerte como el cordero o el cabrito, volvemos a recomendarte el té negro y el té rojo.
Sin embargo, si prefieres ternera o cerdo, en ese caso te recomendamos que te decantes más por el té negro, ya que las notas cítricas que se desprenden del mimos, encajan a la perfección con este tipo de carnes.
Un último apunte antes de pasar a hablar de las recetas de carne con té: si la carne se te ha quedado un poco dura, pero todavía se puede cocinar, prepárala con té y se quedará más blanda (recuerda utilizar la variedad de té concreta, según los casos que te he comentado más arriba).
Brochetas de pollo al té negro
Una receta sencilla, vistosa y, lo mejor, muy barata. Para elaborar vas a necesitar: té negro limón ecológico; 500 gramos de pollo cortado en forma de cubo; 8 palillos para las brochetas, medio diente de ajo, media cebolla y sal al gusto.
Cuando tengas todos los ingredientes, el primer paso será poner a infusionar el té negro. En función de lo que te resulte más cómodo, puedes utilizar un par de pirámides o cuatro cucharaditas del mencionado té, a granel.
A continuación corta la cebolla y el ajo lo más pequeño que puedas. Cuando termines, coge los dados de pollo y déjalos durante 10 minutos en la infusión del té (puedes coger un bol grande y meterlos todos). Pasado este tiempo escurre el pollo en un papel y báñalo con el ajo y la cebolla que has cortado previamente.
UN CONSEJO: si le pones una cucharadita de aceite a esa mezcla, te quedará como una especie de salsa y con la ayuda de un pincel para cocina, te resultará más fácil dar el gusto que quieras, al pollo.
Por último, añade la sal que consideres conveniente e introduce los trozos de pollo en los palitos para brochetas. Ahora toca el turno de pasarlos por la sartén y servir en un plato. A nosotros nos encanta acompañarlo de verduras y hortalizas, como pimiento, lechuga o unas vainas al vapor.
Solomillo de cerdo en salsa de té rojo
Aunque suene a lo contrario, esta receta es muy fácil de hacer y muy lustrosa, así que de manera sencilla, vas a quedar como un auténtico chef. ¿Qué necesitas? 2 piezas de solomillo de cerdo, 3 patatas grandes, media cebolla, 3 dientes de ajo, 1 zanahoria y 1 pimiento verde, medio vaso de vino blanco y otro medio de té rojo pu erh cherry, más sal y aceite de oliva. Si te gusta echarle especias, puedes añadir un poco de comino, por ejemplo.
Para empezar, pelaremos las patatas y las pondremos a cocer durante unos 20 minutos. A continuación, lo que vamos a hacer es cortar la cebolla y el ajo lo más pequeño que podamos, así como la zanahoria en rodajas y el pimiento en tiras finas.
En una sartén, vamos a poner todos estos ingredientes a dorar, a fuego lento. A continuación añadiremos los dos lomos de solomillo y también los pondremos a dorar, por las dos caras. Bastará con esto, porque al final lo meteremos al horno.
A continuación y con el objetivo de que el vino blanco reduzca sus grados de alcohol, también lo añadimos en la sartén, así como el té rojo infusionado. Dejamos a fuego lento, durante 5 minutos y teniendo en cuenta que el solomillo no se queme.
Pasado este tiempo, secamos las patatas que estaban cociendo y las cortamos en rodajas, para ponerlas sobre la bandeja del horno.
UN CONSEJO: pon papel de cocina en la bandeja antes de poner las patatas y un pequeño chorrito de aceite (si utilizas un spray, mejor que mejor) para que no se peguen cuando estén en el horno.
A continuación, añadimos el solomillo y todo lo que hay en la sartén (las verduras), las pasamos por un chino o la batidora (el caldo incluido) y lo vertimos sobre la carne, añadiendo también la sal al gusto.
Metemos al horno (previamente precalentado) a 220 grados, durante unos 20 minutos (según el punto que le queramos dar a la carne). UN CONSEJO: Si quieres darle un toque dulce, a esta carne la va genial una salsa de ciruelas que puedes hacer de manera casero o con una de higos. Sin necesidad de añadir azúcares extra, la combinación entre lo salado de la carne y el dulce de las frutas que te he mencionado, queda delicioso.
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