Cada vez que pienso en anís no puedo evitar revivir mil y un recuerdos de la infancia. Puede que, por eso mismo, cada vez que hoy en día tomo una infusión de anís estrellado me siento a las mil maravillas, no solo por lo bien que me sienta a nivel fisiológico, sino por el chute que me aporta a nivel emocional.
Por ejemplo, pienso en anís estrellado y me vienen a la mente las manos cariñosas de mi abuela, siempre dispuestas a tener una caricia amable para mí y con la que tantos platos ricos me cocinó y me enseñó a hacerlos, como sus riquísimas rosquillas de anís. Todavía puedo sentir el aroma de esa botella con la que, después, jugábamos a hacer música y con la que tan exquisitas quedaba ese postre que tanto me gustaba.
Pero también me lleva a las bolitas de anís que encontraba en las tiendas de chuches y, por supuesto, a aquellas sobremesas en familia, donde siempre había alguien que se tomaba un pequeño chupito de anís.
Pero, ¿sabes qué es lo que más recuerdo? Lo mucho que me gustaban las infusiones que tanto mi madre como mi abuela me preparaban cuando tenía algún dolor de estómago y que, o bien me mezclaban con manzanilla o bien la tomaba sola. ¡Qué rico!
Pues bien, hoy no vengo a hablarte de recuerdos de infancia, sino de esos que tú puedes dejar en tus familiares y amigos si preparas algunas de las recetas de cocina de las que hoy te queremos hablar y en las que, por supuesto, el anís forma parte de los ingredientes protagonistas.
¿Te apuntas? Pues coge papel y boli porque ¡empezamos!
Anís estrellado: uso culinario
Seguro que sabes que el anís estrellado es originario de China. Un país en el que, en su origen, se utilizó como remedio medicinal natural, pero que también pasó a ser parte de uno de los ingredientes favoritos de su cocina y no tanto en el caso de los platos dulces, que también, sino en platos salados, como sopas y tallarines, en concreto.
Resulta curioso que, a pesar del toque dulce que le da el anís a los platos, cuando se utiliza en las recetas chinas, ese dulzor desaparece, pero deja otro muy agradable que se entremezcla con el salado del resto de los ingredientes.
Y es que si algo hacen bien en la gastronomía china y, asiática en general, es combinar sabores dulces y salados como en pocas cocinas del mundo, dando como resultado sabores realmente únicos y agradables. Y, en muchos de ellos, el anís tiene mucho que ver.
Por cierto, ¿conoces la forma del anís en su origen? Puede que tú solo lo hayas visto ya en grano, pero el anís es el fruto del árbol que recibe el nombre científico de Illicium verum. Un fruto que da lugar a unas flores en una bonita forma de anís. Es en esa estrella donde se encuentran los granos que tú puedes encontrar en nuestra infusión de anís natural.
Si tú también quieres reconocer el sabor del anís estrellado en platos dulces y salados que prepares, toma nota de las siguientes recetas con anís.
¿Cómo usar el anís estrellado para repostería?
Está claro, las recetas más típicas son los dulces con anís estrellado. Postres con anís de toda la vida, que encontramos, por ejemplo, en las rosquillas que antes te he mencionado, pero también en ciertos bizcochos, galletas o en el famoso pan de anís.
Pero, ¿por qué es típico que haya postres con anís? He estado investigando sobre ello y no hay nada claro, pero te podría decir varios motivos:
- Los postres aromatizados con anís estrellado entran tanto por la boca como por la nariz, por lo que es la mejor forma de agradar a mayores y a pequeños.
- El anís ayudaba a reblandecer y a dar un sabor distinto a aquellos postres que, de otra forma, serían mucho más sosos.
- Es un ingrediente barato: en casi todas las casas de nuestras abuelas hay una botella de anís que, además, en muchas, al terminarse, servía también de instrumento musical.
Sea como fuere, hay recetas especiales que a nosotros nos encanta recordar:
- Las castañas cocidas con anis estrellado: que le dan un sabor más fuerte a esas castañas que, en ocasiones, resultan algo insípidas. Si, además, les añades un poco de arroz al cocerlas y una cucharadita de anís, el postre se puede convertir en plato único de cena o de merienda. Eso sí, no muy apto para estómagos delicados.
- Bizcocho con anís estrellado: que consigue que el bizcocho esté más esponjoso y aguante más tiempo, ya que queda como una especie de bizcocho mojado. Muy rico y que gusta a mayores y a pequeños. Basta con añadir un pequeño chupito a la receta tradicional de bizcocho (la que se hace con leche, la de yogur, queda algo más rara) y verás cómo cambia el cuento.
- Tostadas dulces con anís: son típicas en algunas zonas de España donde se toman tanto en navidades como en las semanas posteriores. Al igual que las torrijas, son perfectas para aprovechar el pan duro del día anterior. Solo tienes que cortar el pan en rebanadas y empezar con la receta. En primer lugar, bate un par de huevos en un pequeño bol. Por otro lado, ponemos a calentar medio litro de leche a fuego lento, junto con un par de cucharadas de anís estrellado y dejamos hasta que se impregne el sabor del anís en la leche. Retiramos y vertemos la leche en una bandeja grande y honda, donde pondremos las rodajas de pan, para que se empapen. Cuando lo hayan hecho, pasamos el pan por el huevo y lo freímos en una sartén previamente calentada. Cuando esté dorado, lo sacas y lo pones sobre otra bandeja en la que habrás puesto papel de cocina para absorber el máximo de aceite posible. Puedes sazonar con azúcar glass o canela. ¡Están riquísimas!
Recetas saladas con anís estrellado
Ahora que ya hemos repasado las recetas dulces con anís, vamos con dos recetas muy fáciles y sabrosas saladas y con anís:
- Pollo con anís: si alguna vez has comido en un restaurante chino, seguro que te has encontrado con esta receta. Hacerla es muy sencillo: hazte con 2 muslos de pollo por persona y córtalos para que puedan entrar bien en un wok. Sazónalos y espera. Mientras tanto, vete poniendo una cucharadita de aceite en el wok y cuando esté caliente, añade 2 cucharadas de anís estrellado y 2 dientes de ajos, bien picaditos. Deja que doren y cuando lo estén, añade el pollo, 1 cucharadita de soja, 1 cucharada de jengibre en polvo, 1 cucharada de miel y medio vaso de vino blanco. Deja que todo se cocine hasta que el vino se reduzca. Será también el momento en el que el pollo esté listo. Si ves que tarda más en hacerse, añade un poco de agua. Sirve y disfruta.
- Salmón con anís estrellado: en este caso, lo que vas a necesitar es un lomo de salmón por persona. Cuando lo tengas, sazónalo y ponlo en una fuente apta para meter en horno. Pon el horno a calentar durante 10 minutos, a 180 grados. Mientras tanto, prepara una infusión de anís y déjala reposar 3-4 minutos. Después, cuélala y viértela sobre el salmón. Añade también medio vaso de vino blanco y mete la bandeja en el horno, a 220 grados, durante unos 20-25 minutos. Pasado ese tiempo, comprueba que el pescado esté hecho y sirve. Puedes servirlo con unas patatas al horno y un poco de ensalada o arroz y ensalada. Es un plato completo, fácil de hacer y muy rico.
Tanto en el caso del pollo, como en el del salmón, el sabor del anís está presente, pero tampoco es el protagonista, lo que hace es darle un pequeño toque dulce y un aroma muy agradable.
¿Cuál de estas recetas te animas a probar? Nos encantará que nos etiquetes en nuestras redes sociales cuando lo hagas. ¡Te esperamos!
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